P | 1 |
INFORMACIÓN |
2 |
IMPACTO | |
3 |
MOTIVACIÓN | |
4 |
ENTRETENIMIENTO | |
C | 1 |
VOLUMEN |
2 |
VELOCIDAD | |
3 |
TONO DE VOZ | |
4 |
PRONUNCIACIÓN | |
5 |
PRESENCIA |
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6 |
POSTURA | |
7 |
ADEMANES | |
A | 1 |
INTRODUCCIÓN |
2 |
CONCLUSIÓN | |
3 |
DESARROLLO | |
T |
TIEMPO | |
1. ORDEN
Si este punto fue llamado a tu atención, no te diré que tomes un curso de etiqueta. Esa no es la idea de este artículo. Puedes hacerlo si lo deseas, pero el punto no es ese. Entonces, ¿cuál puede ser?
El punto es que por lo menos pongas un poco más de atención a tu manera de vestir y arreglarte. Nada más tenlo en cuenta para la próxima vez. No te ofendas ni despidas livianamente de tu mente este consejo. El punto no es ropa nueva o a la moda, sino solamente procurar reflejar más orden en tu arreglo personal. Es todo.
Cuando todo está en orden, se ve muy diferente de cuando no lo está. En cierta ocasión, un vecino me invitó a su departamento. No vi que sus enseres fueran nuevos. Sin embargo, todo se veía tan ordenado, que la casa se veía muy muy bonita. Ese día comprendí que lo nuevo no es la clave, sino el orden.
Si en privado tu maestro de oratoria te sugirió trabajar en PRESENCIA (siempre es conveniente que el consejo sobre este asunto se dé en privado, por ser un asunto delicado), es porque tal vez hubo algún detalle que lo justificó (también hay que ser valiente para dar un consejo de esta naturaleza. No es fácil para nadie. Nadie quisiera herir el amor propio de sus amigos).
Pero en caso de que ese haya sido el caso, por favor, haz acopio de modestia y procura ponerte en el lugar de tus oyentes. Créeme que no es fácil dar consejo sobre este aspecto de la oratoria.
Lo que debe hacer un maestro de oratoria es enfocar los asuntos desde la perspectiva del auditorio, no con la finalidad de ofenderte, sino de ayudarte a mejorar el impacto general que tu presentación puede causar, ayudarte a dar en el clavo con más eficacia la próxima vez haciéndote ver las cosas desde un ángulo que evidentemente estás pasando por alto. Por favor, procura comprender.
Pero te convendrá mejorar en uno o más de los siguientes aspectos. No lo tomes a mal, por favor, ni te apresures a devolver la pelota. Quizás lo que aquí digo no se ajuste del todo a la realidad, es decir, a tu opinión. Pero alguien debe decírtelo, por tu bien.
Por eso, piensa: ¿Debes poner un poco más de cuidado en tu manera de vestir y arreglarte? ¿Espera el público que te presentes vistiendo de manera informal? Excelente, puedes hacerlo. No hay problema. ¿Espera que vistas de manera formal? Excelente, tenlo en cuenta y toma una decisión.
En realidad, cada orador debe decidir cómo vestirse, y nadie tiene por qué criticarte. Pero también tienes que medir las consecuencias. Por ejemplo, si hablar con corbata te hará sentir tan mal que ponga en peligro el éxito del discurso, tal vez sería mejor hacer una excepción y hablar sin corbata. Pero si lo contrario es cierto, tienes que pensarlo muy bien. Es decir, si hablar con corbata resultará en que tu discurso sea un éxito, ¿no crees que tal vez sería mejor hacer una excepción y ponértela?
Vestir bien no es tanto una cuestión de usar traje nuevo, sino de verse uno ordenado, con todo en su lugar, de pies a cabeza.
Tal vez esto le suene ridículo a quienes tiene un estilo extremadamente liberal en su manera de vestir y arreglarse. Pero aquí consideramos, no lo que nos gusta, sino lo que le gustaría ver al auditorio cuando damos un discurso.
La imagen que proyectas mediante tu manera de vestir y arreglarte influye drásticamente en la aprobación del público, y la aprobación del público es el factor determinante para que crean en tu palabra, te den su apoyo y hagan lo que les dices.
El orden y el desorden es una dicotomía que siempre resalta de manera contundente. También la moda y las costumbres locales son variopintas y nadie tiene por qué juzgar a los demás por su manera de vestir.
Sin embargo, en todas las eras, edades y épocas se ha considerado como una falta de respeto el que las personas no se conformen a ciertas costumbres y modales de la comunidad, tanto que en algunos lugares existe lo que se conoce como etiqueta social, un sistema por el que las personas aprenden a superar en cierta medida la discriminación de que serían objeto por no ser de cierta clase.
2. ASEO PERSONAL
Si este asunto ha sido traído a tu atención, no creo que sea porque alguien realmente puso en duda tu limpieza y aseo personal, sino porque diste una falsa impresión al no ponerle suficiente interés a la imagen que proyectaste.
¿Debes poner también un poco de atención a tu aseo personal? Seguramente que no. Pero por lo menos a la impresión que causa.
Uno puede tener mala letra, pero escribir poemas preciosos. Puede no tener una voz bonita y afinada, pero ser un gran compositor. Hasta puede pintar con la boca o con los pies y no lograr cuadros perfectos. Pero se aprecia muchísimo su labor.
Algunas personas adineradas se dan el lujo de salir a la calle vistiendo con tanta informalidad que, aunque están debidamente aseadas, dan la impresión de que no lo están. Es una cuestión de imagen, de percepción, de subjetividad.
Dicen que "aunque la mona se vista de seda, mona se queda". Se refiere a que, por más que una persona se arregle todo lo que quiera, no dejará de causar la misma impresión de siempre.
Por eso, aparte de un buen aseo personal, es vital que proyectes la imagen de ser una persona limpia. Porque, de lo contrario, aunque te hayas aseado de pies a cabeza como un miembro de la realeza, seguirás pareciendo una persona descuidada en tu arreglo personal.
"Las apariencias engañan", dirás. Y es cierto. Pero en el caso de un orador, no le conviene en absoluto dar la impresión de descuidar su aseo personal.
La razón es que la gente suele ser prejuiciosa. Si por fuera parece desordenado, piensan que por dentro también lo es, y lo mismo aplica a la limpieza.
Tenlo en cuenta para la próxima vez y ponle un poquito más interés a tu aspecto exterior, a la imagen que quisieras proyectar. Aunque te cueste reconocerlo, te garantizo que la próxima vez te sentirás mucho mejor de haber aplicado la sugerencia, y de seguro tu discurso tendrá más éxito. Y si no lo haces por ti ni por tus oyentes, hazlo por tu discurso.
3. MODESTIA Y DISCRECIÓN
Si ese ha sido el problema, tenlo en cuenta la próxima vez y ponle bridas a tu carácter y personalidad. Si no lo haces, te garantizo que el auditorio te lo cobrará con elevados intereses y a largo plazo.
¿Debes mostrar más modestia y discreción en tus maneras y modales?
"Tomarse uno libertades" significa "conducirse con osada familiaridad", propasarse de lo que se considera prudente o decente.
Una persona inmodesta e indiscreta es también una persona imprudente. Defectos de personalidad y carácter que desagradan a cualquier auditorio.
En cambio, una persona modesta reconoce sus limitaciones. Respeta con gusto el espacio de los que la rodean. Es discreta porque procede con tacto, cautela y sensatez. Sabe guardar lo que es confidencial y no lo divulga si los demás no tienen derecho a saberlo. No se toma libertades ni procede con excesiva familiaridad, invadiendo la privacidad de otros.
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