AYUDA MEMORIA 2



P 1
INFORMACIÓN
2
IMPACTO
3
MOTIVACIÓN
4
ENTRETENIMIENTO
C 1
VOLUMEN
2
VELOCIDAD
3
TONO DE VOZ
4
PRONUNCIACIÓN
5
PRESENCIA
6
POSTURA
7
ADEMANES
A 1
INTRODUCCIÓN
2
CONCLUSIÓN
3
DESARROLLO

T
TIEMPO

1. RESUMEN FINAL (opcional)

Si ese ha sido el problema, tenlo en cuenta la próxima vez y haz un breve resumen antes de terminar, en caso de que tu discurso haya sido largo. Pero ten en cuenta que no sería necesario si el discurso durara muy poco. Depende de las circunstancias.  

¿Debes resumir o no la información presentada?

Depende. Un discurso breve no necesita resumen. Los discursos que necesitan un resumen al final son lo que duran suficiente tiempo como para que los oyentes olviden los puntos principales. Pero un discurso breve suele tener un solo punto principal, y como no duró mucho, no necesita un recordatorio.

¿Por qué se necesitan los recordatorios? Cierto estudio demostró que las personas olvidan muchos conceptos si no repasan la información antes de transcurridas tres o cuatro horas luego de terminada una explicación. Eso significa que cuanto más tiempo pase, más rápido la olvidarán.

Sin embargo, los impactos bien seleccionados han reforzado el recuerdo. No será tan fácil olvidarlo. He ahí la importancia de impactar.

De todos modos, no podemos confiar en que el oyente haga un repaso después de tres horas. Es mejor hacer el repaso ahí mismo, mientras está en el auditorio. Por eso son tan valiosos los resúmenes apropiado.

Si tu discurso de práctica te exige hacer un resumen, debes hacerlo aunque el discurso dure tan solo un minuto. Pero en la vida real, no sería tan necesario.

2. ACCIÓN (indispensable)

Si ese ha sido el problema, tenlo en cuenta la próxima vez y ponle más interés.

¿Debes indicar más cuidadosamente la acción que quieres que tus oyentes tomen a raíz del discurso?

Hay tres posiciones mentales que tus oyentes asumen desde el principio de tu presentación:
  • ¿Cuál es el punto?

    ¿Adónde quiere llegar? ¿Qué pretende con esta explicación? ¿Por qué quiere hablarnos de esto?
  • ¿Qué debo hacer?

    ¿Cómo consigo lo que usted dice? ¿Cuál es el procedimiento o protocolo en este caso? ¿Dónde lo hago? ¿Con quién lo hago?
  • ¿Cuál es el beneficio?

    ¿Qué hay para mí? ¿Cuál es el incentivo? ¿Qué sacaré de todo esto?
3. BENEFICIO O INCENTIVO (indispensable)

Si ese ha sido el problema, tenlo en cuenta la próxima vez y enfoca mejor el incentivo, beneficio o motivación.

¿Debes terminar motivando mejor?

Recuerda lo siguiente y grábatelo con letras de fuego: "Nadie hace algo a cambio de nada". Todos perseguimos algún incentivo. Puede ser físico, material, intelectual, emocional, social o espiritual. Tu tarea es identificarlo. No todos los auditorios reaccionan igual. Pero todos son seres humanos con inclinaciones semejantes a las tuyas. Puedes empezar por ahí.

Si no les das un incentivo que esté a la altura de sus expectativas (no de las tuyas), no moverán ni un dedo. No cooperarán. No te darán su apoyo. Tu discurso se habrá ido al agua.

Un error que cometen muchos oradores novatos es ofrecer un beneficio o incentivo basándose en lo que a ellos los motiva. Pero lo correcto es ofrecerles uno que a ellos los motive.

Podemos compararlo con una barra de salto alto.


Para alcanzar la barra y pasarla por encima, el deportista necesita un gran impulso. No puede darse el lujo de aminorar la marcha y perder las ganas. Al contrario, necesita toda su energía.

Pero por mucho que se esfuerce, su fracaso estará garantizado si le colocan la barra muy arriba. En cambio, si se la ponen a una altura apropiada, hará su mejor esfuerzo y probablemente bata un récord.


Igualmente sucede cuando quieres motivar a alguien con un discurso. Si motivas basándote en lo que tú quieres, en lo que a ti te gustaría, en las metas que tú tienes o en los premios que conseguiste, es decir, en tus propios intereses, tal vez suene bien y te dé imagen, la gente hablará bien de ti. Pero no funciona así en la práctica si lo que quieres es que hagan lo que sugieres.

Para tocar el corazón y lograr que hagan lo que propones, tienes que enfocar el asunto desde el punto de vista del oyente, no del tuyo. No me refiero a regalarle los oídos, diciéndole solo lo que quiere escuchar, sino diciéndole &lo que lo moverá a actuar.

Un niño viene y te dice: "¿Podrías encender la televisión, por favor?". Le respondes: "¿Por qué no lo enciendes tú?". Te contesta: "Porque el control está muy arriba y no puedo alcanzarlo". Entonces, le dices: "Usa una herramienta u otro recurso?". Confundido, reacciona: "¿Qué es eso?". Le dices: "Mueve esa silla, súbete y alcánzalo". Entonces, acerca la silla, toma el control y enciende la televisión.

¿Identificas cuál fue el incentivo, beneficio o motivación? ¡La televisión! Si no hubiera hecho lo que le propusiste, no hubiese alcanzado el control, y si no hubiera alcanzado el control, no hubiese visto su programa favorito. No usaste nada que te interesara a ti, sino a él. La clave te la dio él mismo: Quería ver televisión.

4. ENTUSIASMOY PASIÓN

¿Deberías mostrar más energía, entusiasmo y pasión al llegar al final?

Es un error acabar el discurso desinflando las palabras como si se tratara de un neumático pinchado. El final de un discurso es el peor momento para perder energía y sustentación.

Si un avión desciende a muy baja velocidad, terminará cayendo a plomo. Necesita velocidad e impulso para no perder sustentación. Algo similar ocurre con el final de un discurso. Tienes que imprimir mayor entusiasmo a las últimas palabras. Claro, sin exagerar. Si exageras, el contraste será tan marcado que darías a entender: "Apláudanme". Eso sonaría inmodesto y egoísta.

Lo correcto es ponerle entusiasmo, energía y pasión, pero con control, dependiendo de las circunstancias y de la dignidad de la ocasión.

Tan pronto como ingresas al final del discurso, recuerda aumentar tu entusiasmo. ¡No te desinfles! ¿Cómo lograrlo?

Aumentando un poco la intensidad de las 7 cualidades: Volumen (sube un poco el volumen), velocidad (habla un poco más rápido), tono de voz (dale a las palabras con gran convicción), pronunciación (pronuncia muy bien cada palabra), presencia (levanta un poco el rostro), postura (plántate como un árbol) y ademanes (usa discretamente un movimiento enfático o descriptivo).

Si concluir con énfasis ha sido un problema para ti, tenlo en cuenta la próxima vez y ponle más entusiasmo cuando llegues al final.
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*Para definiciones de algunas frases usadas en este artículo, debes buscar en la sección que corresponde. P.ej. "volumen", "ademanes", "ademanes".

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