P | 1 |
INFORMACIÓN |
2 |
IMPACTO | |
3 |
MOTIVACIÓN | |
4 |
ENTRETENIMIENTO | |
C | 1 |
VOLUMEN |
2 |
VELOCIDAD | |
3 |
TONO DE VOZ | |
4 |
PRONUNCIACIÓN | |
5 |
PRESENCIA | |
6 |
POSTURA | |
7 |
ADEMANES | |
A | 1 |
INTRODUCCIÓN |
2 |
CONCLUSIÓN | |
3 |
DESARROLLO | |
T |
TIEMPO | |
Si el problema fue que pareció que no pusiste el suficiente interés en la preparación de tu discurso, ten en cuenta lo siguiente en tu próxima presentación:
¿Qué es el interés? En este caso en particular, el consejo no trata del interés hacia tus oyentes, sino hacia tu discurso, tu disposición de ánimo hacia su contenido y tu aparente deseo de compartirlo con el auditorio.
Para introducirte en la mente de ellos y tocar su corazón necesitan sentirse identificados contigo, sentir que dedicaste tiempo y esfuerzo a la preparacion de tu discurso, que te pusiste en su lugar porque comprendes lo que ellos necesitan ver y oír, y que por eso te esmeraste en decirles algo muy interesante.
La importancia de este asunto se debe a que, si no perciben interés de tu parte, tampoco se sentirán movidos a ponerle interés ellos mismos, máxime si te equivocas a cada rato o caes en redundancias y muletillas. Pensarán que la causa es que no te preparaste bien.
Pero, ¿y si solo fue un malentendido y sí le dedicaste mucho tiempo y esfuerzo? Bueno, en ese caso ha llegado el momento de reconocer que, si pausas excesivamente, titubeas a cada rato (ee, emmm, aaaa, entonces, esteeee, pues, ¿no?), o corriges una y otra vez lo que dices, pidiendo perdón, podrían malinterpretarlo y suponer que no fuiste muy responsable en tu preparación. Recuerda: el punto no es si te preparaste o no, sino si tus oyentes lo creen.
Es peligroso para el objetivo de tu discurso y para la proyección de tu imagen el que ellos no perciban que te preparaste. Podrían pensar que no eres responsable, lo cual debilitaría considerablemente tu capacidad de convencimiento y persuasión.
2. INVESTIGAR MÁS A FONDO
Si el problema fue que dio la impresión de que no investigaste lo suficiente, tenlo en cuenta la próxima vez y revisa más a fondo los asuntos.
Siempre debes investigar a fondo el contenido. Uno nunca termina de aprender todo lo que puede llegar a averiguar sobre un asunto. Por eso, esfuérzate por saber más de lo que vas a decirles. ¡Siempre debes saber más! Toda investigación comienza con una pregunta interesante.
¿Estudiaste tu tema y algunos detalles? ¿Probablemente dijiste algo que no concordaba con el significado uso o definición de cierta palabra, o con el entendimiento que se tiene de cierto asunto, teoría o razonamiento?
Por ejemplo, quizá te referiste a una palabra como si fuera lo mismo que otra de significado muy diferente (P.ej. "práctico" y "pragmático"). O tal vez, dijiste algo que concordaste erróneamente (P.ej. "Es un asunto en las cuales", en vez de "es un asunto en el cual")
Tener inteligencia, conocimientos y sabiduría no son lo mismo.
La investigación no solo se refiere al contenido (¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Cuánto? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Para qué?), sino al uso adecuado de la pronunciación y del idioma.
3. INTERPRETACIÓN PRÁCTICA
Si el problema fue que la interpretación que le diste no fue muy convincente, tenlo en cuenta la próxima vez y procura que cualquier enfoque que le des, debe parecer que tenía un buen respaldo, es decir, uno que a tus oyentes les resultara más convincente.
Siempre sustenta bien la interpretación que haces de los diferentes aspectos del discurso. Demuéstrales que tienes el mejor respaldo para lo que dices.
Oyentes cultos y entendidos en la materia no pasarán por alto livianamente una interpretación que no esté bien sustentada, apoyada en pruebas, razonamientos, referencias y testimonios confiables.
Es fácil decir que el hombre desciende del mono. Pero ¿podrías explicar el vacío del registro fósil, que nunca ha sirvió para demostrar la transición de un género a otro en ningún punto de la corriente del tiempo?
Quizás diste cierta interpretación que más parecía especulación, y olvidaste mencionar que solo estabas especulando. O tal vez apoyaste tu interpretación en habladurías y en lo que dice la gente, no en datos confirmados.
No es siempre malo especular, pero hay que hacerlo con pinzas y advertir al auditorio que solo estás especulando.
4. VISUALIZAR EL DISCURSO
Si el problema fue que no se te vio muy convencido, tenlo en cuenta la próxima vez y procura ensayar por lo menos las partes vitales, para que todo el discurso se sienta natural y no parezca que lo ensayaste. En pocas palabras, ensáyalo, pero que no les parezca que lo ensayaste.
Sobre todo si darás una teleconferencia por Zoom, ensaya bien tu ubicación y postura frente a la cámara, la iluminación y la escenografía. No lo dejes al azar. Imagina cómo se verá la imagen. Ayúdate con tu cámara. No te enfoques de abajo hacia arriba ni de arriba hacia abajo.
Por lo menos debes ensayar repitiendo las partes más difíciles del discurso a fin de fluir mejor en la presentación.
¿Deberías ensayar un poco más tus gestos y ademanes porque crees que pareciste un robot al moverte, gesticulando demasiado, o muy poco?
El público puede percatarse de que es primera vez que mencionas algo, por la manera como te equivocas. Y puedes darse cuenta cuando has ensayado los ademanes, tanto que se te vio muy frío, falto de naturalidad.
Ensayar para visualizar el discurso es bueno, pero nunca hasta el punto de que se note que lo ensayaste. Entre los buenos actores circula este dicho: "Si quieres ser un buen actor, que nunca te sorprendan actuando". Es decir, aunque ensayes tu papel, tiene que parecer tan natural y espontáneo que no parezca ensayado. Si se dieran cuenta de que ensayaste, ya no sería una gran actuación.
5. VITALIDAD CON EJEMPLOS
Si el problema fue que no tenía mucha vida o vigor, tenlo en cuenta la próxima vez y procura ensayar cómo presentarás cada ejemplo, procurando que no sobren palabras. Di estrictamente lo que sea necesario para establecer y aclarar cada asunto.
¿Olvidaste mencionar algún ejemplo o ilustración para aclarar tu explicación? ¿O quizás mencionaste un ejemplo o ilustración, pero le faltó o sobró algo?
Un discurso sin ejemplos es un discurso muerto. La vitalidad de un discurso está en los ejemplos. Pero aún si citaras ejemplos e ilustraciones, podrías exagerar tanto, o darle tantas vueltas que terminaras confundiendo al oyente, en vez de aclarar el asunto.
Tus ejemplos e ilustraciones deben tener la cantidad necesaria de palabras. Si lo haces muy corto, se quedarán en el aire, porque no habrán captado la idea. Pero si lo haces muy largo, tal vez te enredes tanto que no logres aclarar nada.
6. VIVIR LO QUE UNO PREDICA
Si ese parece haber sido el problema, tenlo en cuenta la próxima vez y procura reflexionar en lo competente que eres para hablar del tema, o en tu manera de comportarte y tratar a los demás.
La experiencia se fabrica en el camino de la vida cuando cometes errores y te recuperas. De hecho, no existe experiencia sin errores. Y una buena reputación no se inyecta ni se trasplanta. Se forja con paciencia, buenos hábitos y buenos modales.
¿Hubo algo en tu presentación que hizo pensar a tus oyentes que no estabas hablando con sinceridad? ¿O que no estabas a la altura de las cosas que estabas diciendo?
Ten mucho cuidado de nunca padecer de cinismo o hipocresía. Destruirías tu reputación, tus discursos y la cooperación que necesitas. Siempre debes transmitir sinceridad y honradez.
Nada destruye con tanta efectividad un discurso o la reputación de un orador que la hipocresía, el cinismo y la falacia.
Tienes que respaldar con hechos todas las afirmaciones que digas. Por ejemplo, si hablas del amor o de la decencia, ¿cómo pasarías la prueba si tus oyentes se han enterado de que te has comportado desamorada o indecentemente, o si hablas de natación pero nunca te metiste al agua?
La gran desventaja de la falta de respaldo es que el oyente cierra su corazón y no siente la menor disposición a cooperar ni apoyar tus declaraciones. Es quizás uno de los aspectos más destructivos de un discurso y hasta de una campaña.
Puedes desgañitarte toda la vida diciendo: "¡Soy inocente!". Pero si se comprobó que estuviste implicado directa o indirectamente en manejos turbios, lo que contará será la percepción del público, basada en los hechos comprobados o en el prejuicio que se formaron a raíz de la propaganda negativa.
Por tanto, estar bien informado significa sentir un gran interés por tu tema, investigar a fondo los detalles e interpretar la información para el oyente de modo que la entienda bien. También visualizar la presentación con la imaginación, darle vitalidad con ejemplos fáciles de captar, y vivencia, es decir, vivir en armonía con lo que uno dice.
Información y conocimiento no son lo mismo. La información es un dato o serie de datos, el conocimiento es el uso de la información, la información convertida en experiencia.
Por ejemplo, quizá digas que conoces a cierta persona. Pero ¿realmente la conoces? Tal vez digas que no mucho. Conocer a alguien demanda pasar mucho tiempo con la persona y mostrar interés en su vida.
Igualmente, no es lo mismo compilar o acumular información que adquirir conocimiento. El conocimiento va más allá de la adquisición de un dato frío. Implica darle uso.
Por último, no olvides que toda información debe presentarse en un momento oportuno con claridad y exactitud.
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